TEMA

TEMA Coratge

Hace falta una fuerza increíble

Martín Gelabert, O.P.

1. Sinodalidad


El Papa ha convocado un Sínodo de la Iglesia universal sobre la sinodalidad. Una de las características de este Sínodo es que hay que escuchar a todos, sobre todo a los marginados, o sea, a aquellos que, tanto dentro como fuera de la Iglesia, o no son escuchados o no se sienten escuchados. No va a ser fácil escuchar a esas personas. Es posible que algunas no quieran hablar, bien porque al estar al margen no tienen ningún interés en ser escuchadas, bien porque tienen miedo a decir lo que piensan, bien porque piensan que si dicen lo que piensan nadie les hará caso. No hay escucha si el otro no nos dice lo que piensa.


Para que alguien diga lo que piensa es necesario ganarse su confianza. Y quizás antes hay que caer en la cuenta de que, incluso habiéndolo escuchado alguna vez, no nos ha dicho lo que de verdad pensaba. Solo si nos damos cuenta de esto último y tenemos ganas de escuchar lo que de verdad piensa el otro, sólo entonces nos adelantaremos, sólo entonces daremos el primer paso necesario para que el otro hable con confianza, para que haya diálogo, para que haya sinodalidad, para que la democracia deje de ser una palabra que justifica modos de gobernar para convertirse en una realidad en la que hay sitio para todos.


Insisto: hay que adelantarse, buscar al otro, decirle clara y creíblemente que su opinión nos interesa. Hay una palabra de Jesús que tiene aquí una buena aplicación: “si tu hermano tiene algo contra ti, vete a reconciliarte con tu hermano”. El que debe hacer el camino no es el hermano que tiene algo contra mi, sino yo cuando estoy enterado de que el hermano tiene algo contra mi. Tener algo contra mi puede tener muchas traducciones: quizás no se trata de enemistad, puede tratarse de un profundo desacuerdo. Y, a veces, hay desacuerdos en los que las culpas están repartidas, o sea, conviene que yo me pregunte la parte de culpa que tengo en el desacuerdo.


Hay quién dice que el que calla otorga. Hace mucho tiempo que vengo constatando que, en la vida religiosa (uno habla de aquello de lo que tiene experiencia) los silencios no otorgan nada. No sé si en el resto de instancias eclesiales ocurre lo mismo. A veces, en política, se habla de la mayoría silenciosa para referirse precisamente a estos grupos de población que, supuestamente, no están de acuerdo con el gobierno de turno, pero no hacen ruido. Su silencio tampoco es aprobatorio.


La intención del Papa es estupenda y debería estimularnos a que, en nuestros grupos y comunidades eclesiales, se viviera una verdadera fraternidad. Un signo de verdadera fraternidad es posiblemente la alegría de la comunicación espontánea, y no los silencios

Y, a veces, hay desacuerdos en los que las culpas están repartidas, o sea, conviene que yo me pregunte la parte de culpa que tengo en el desacuerdo que buscan evitar problemas, o las palabras formales que dicen lo que el jefe de turno quiere oír.


2.- Esperanza

Tomás de Aquino decía que los jóvenes, al contrario de lo que ocurre con las personas mayores, tienen mucha esperanza, porque tienen futuro y vitalidad. Con todo respeto hacia el maestro de Aquino me permito decir que algunos jóvenes, más que futuro, lo que tienen son falsas ilusiones; y su vitalidad, a veces, es resultado de las hormonas. Hay personas mayores que tienen una muy buena esperanza, a pesar de las decepciones que han sufrido en su vida. Es posible que se hayan equivocado muchas veces; es posible que, buscando una cosa buena, hayan encontrado realidades no deseadas. Si, a pesar de todo, siguen adelante, si no se desaniman, si siguen luchando es porque tienen una buena esperanza.


No es la vana ilusión lo que sostiene a la esperanza, sino la fuerza en la debilidad, el convencimiento de que, a pesar de todo, vale la pena continuar. Esta esperanza sorprende al mismo Dios, según decía poéticamente Charles Peguy: “La esperanza - dice Dios- eso sí que me admira, eso sí que es sorprendente. Que estas pobres criaturas vean cómo va todo esto y crean que mañana irá mejor. Que vean cómo va hoy y crean que mañana por la mañana irá mejor. Esto sí que es sorprendente y es realmente la maravilla más grande de mi gracia. Yo mismo estoy sorprendido. ¡Hace falta que mi gracia sea de verdad una fuerza increíble!”.


Cuando atravesamos un largo túnel oscuro corremos el riesgo de perder la paciencia. Sólo es posible mantener la paz y continuar el camino si uno está convencido de que después de cada noche viene un amanecer. Cuando la noche la provocan las personas es cuando parece más larga y se hace más difícil mantener la paz. En estos momentos uno no es feliz con lo ocurrido. Pero si conserva la esperanza tendrá paz.


Las instituciones no las sostienen los que redactan documentos o los que proponen planes sin medir cómo pueden afectar a las personas, sin calcular las consecuencias negativas que pueden tener. Las instituciones las mantienen los que trabajan, conscientes de las dificultades y buscando no la grandeza de la institución, sino el bien de las personas. Cuando uno no se siente valorado o recompensado no es fácil trabajar. Sin embargo, hay quién prefiere el sacrificio al reconocimiento. Benedicto XVI dice algo parecido, hablando precisamente de la esperanza: “la capacidad de aceptar el sufrimiento por amor del bien, de la verdad y de la justicia, es constitutiva de la grandeza de la humanidad”.


Cuando alguien es capaz de situar la verdad y la justicia por encima de su comodidad manifiesta tener una gran esperanza. La esperanza de que, a pesar y en contra de todas las apariencias, el bien terminará triunfando porque es más fuerte que el mal, la esperanza de que tras el largo invierno vendrá la primavera. Una esperanza así nos une a Cristo muerto y resucitado, capaz de hacerse presente en todos los inviernos y hasta en todos los infiernos: “si me acuesto en el abismo, allí te encuentro, porque la tiniebla no es oscura para ti” (Salmo 139).

TEMA DEL MES Coratge

La dimissió del coratge

X. Garcia Roca

Sense coratge Jesús de Natzaret no s’hauria acostat a Jerusalem, ni Gandhi hauria desafiat l’imperi, ni Martin Luther King hauria combatut la supremacia blanca, ni monsenyor Romero hauria increpat l’exèrcit perquè cessara en la matança del poble, ni Francesc haguera convocat el Sínode. Per contra, no van necessitar coratge els qui van assassinar el Galileu, els va bastar la complicitat de la gent; al Govern anglés li va bastar la voluntat de poder per a colonitzar l’Índia; no necessitaven coratge els supremacistes americans per a sotmetre els negres, els bastaven els seus propis interessos; no se li presumix coratge al capità salvadorenc que va assassinar a Romero, li va bastar la connivència amb els poderosos; no necessiten coratge els cardenals que s’oposen a Francesc, els basta la comoditat de caminar dins de confins segurs. Certament, el coratge i l’entusiasme només existixen si s’acompanyen de bondat, de veritat, de bellesa i de millora.



En l’últim mes s’ha reivindicat l’audàcia de la fe per a caminar junts en l’itinerari sinodal i per a configurar la presència dels catòlics en la vida pública. La convocatòria sinodal reclama coratge per a “florir les esperances de la gent, estimular la confiança, embenar les ferides, teixir relacions noves i més profundes, aprendre els uns dels altres, construir ponts, il·luminar les ments, escalfar els cors i vigoritzar les nostres mans per a la nostra missió comuna” (DP 32). El congrés anual de Catòlics en la Vida Pública, organitzat per Propagandistes al CEU-San Pablo (Madrid, novembre 2021) reclama coratge per a oposar-se al Govern de coalició per les seues suposades cancel·lacions de les llibertats públiques a Espanya i per haver imposat “el políticament correcte” .


L’audàcia sinodal

La convocatòria sinodal pretén revitalitzar un cos fossilitzat, construir el poble de Déu en un “nosaltres” i ser reconeguts com “els deixebles del camí” a la manera com ho van ser els primers cristians (Fets 19,23; 22,4; 24,14). Seguint la invitació a navegar mar endins i llançar les xàrcies en aigües més profundes, Francesc proposa deixar-se sorprendre per l’Esperit: “Quantes sorpreses pot portar el Sínode!” si s’escolta el que no es vol sentir, si es parla amb llibertat i es confia en el sentit de la fe del poble encara que qüestione els qui pretenguen trobar refugi en l’individualisme, l’espiritualisme, el dogmatisme i la repetició d’esquemes ja prefixats.


L’audàcia sinodal està amenaçada per la por de desestabilitzar les institucions, per la inèrcia a conservar el que “sempre s’ha fet així”, o per les sospites que no servirà de res. Maten el coratge sinodal els qui no volen remoure la llosa del clericalisme; els que cre- uen que el patriarcalisme, que discrimina la dona, ve de Jesús; els que s’atrinxeren i no accepten que l’Esperit camina per les costures del temps; els qui consideren que Déu no entén la missa en valencià; els qui consideren que el sínode universal és innecessari perquè ja es va fer el Sínode diocesà.


Per contra, el coratge sinodal “ens porta a una itinerància constant i renovadora, i ens desplaça més enllà del conegut” (GE n. 134-135); assistix els qui no temen el rebombori perquè, com succeïa en les comunitats primitives, gaudien de pau precisament per caminar en assemblees (Fets 9,31); els qui s’atrevixen a arribar a les perifèries, i descobrixen que ell ja estava allí; els qui preferixen viure en la confusió que en l’acomodament, com va succeir en l’assemblea d’Efes, que segons relata els Fets “estava feta un embolic fins al punt de no saber per a què s’havia congregat” (Fets 19,32).


La perversió del coratge

Quan el coratge no servix a la veritat i a la justícia, es convertix en una fàbrica d’enemistat, obsessió i conflictes; i els seus portadors desgasten les seues energies en laments inútils. Perd el coratge, el bisbe que, situant-se per damunt de la ciència, pretén amb determinació curar l’homosexualitat. No és coratge prestar la parròquia per a homenatjar el Caudillo Franco, encara que en fer-ho es vaja contra la correcció política que imposa pautes de comportament i maneres de sentir, pensar i actuar.


En el congrés de Catòlics en la Vida Pública (novembre 2021) s’ha sol·licitat coratge i audàcia per a enfrontar-se al “políticament correcte” que els organitzadors veuen principalment en la legislació educativa, en el dret antidiscriminatori i en la tipificació penal de l’anomenat “discurs de l’odi”. Al costat de la llibertat d’ensenyament, s’obren dos nous fronts de combat: la igualtat entre hòmens i dones i els discursos de l’odi.


L’arquebisbe de Los Angeles, president de la Conferència Episcopal dels EUA i membre honorari de l’Opus Dei, inaugurava el congrés mostrant la perillositat dels moviments que, amb determinació i coratge, denuncien hui la discriminació i l’odi. Sorprenentment, la perillositat no està en els discursos de l’odi, sinó en aquells moviments que se’ls oposen. L’arquebisbe va dedicar la seua conferència a criticar el “Moviment Woke”, que va nàixer als EUA com a protesta després de l’assassinat de l’afroasiàtic Lloid per un policia blanc. La perillositat no està en l’abús de poder per part del policia blanc, sinó en els que s’han mobilitzat contra l’odi racial amb tal convicció que semblara una nova religió amb les seues icones, celebracions, rituals i enderrocament de monuments racistes. Trump es va encarregar de deslegitimar el moviment acusant-lo de violent, i ara l’arquebisbe “per haver-se convertit en una religió”. ¿Qui mostra l’audàcia de la fe, el que produïx l’odi o qui el denuncia religiosament, amb coratge i determinació?


La proposta encoratjava contra la correcció política imposada per l’actual Govern, “que, segons els convocants, cancel·la les llibertats i les dissidències”. De la mateixa manera que, segons l’arquebisbe de Los Angeles, resulten perillosos els moviments antiracistes als EUA, són perillosíssims els moviments feministes contra el patriarcat, els moviments ecologistes contra la destrucció de la terra, els moviments indígenes contra les colonitzacions, perquè tenen tanta força que poden convertir-se en religions del nostre temps i “substituir la religió cristiana” (sic!). S’oblida que el coratge de la fe no consent la connivència amb els fabricants de l’odi, amb el patriarcalisme actual, amb el colonialisme de sempre, ni amb la factoria Vox.

TEMA DEL MES Coratge

Els consells d´un vell amb coratge

Mossén Joan B. Almela i Hijalva

Sí, em sembla mentida, però ja hi he arribat. M’ha costat prou, però he arribat a ser vell i a reconéixer-ho. Per això algú m’ha preguntat: ¿què diries als capellans jóvens? Ausades que la qüestió m’ha fet pensar! ¿Què diria des de la meua experiència de prevere amb més de cinquanta anys d’ordenació. Ho intentaré, i ja em perdonareu si no ho faig tan curt com uns altres viatges; el tema és important.


El primer que se m’acudix és recomanar que no vos sentiu ni vos conformeu a ser funcionaris de l’Església.


Un funcionari no pot ser mai un pastor ni un anunciador de la Bona Nova, ja que aquell obligatòriament ha de cenyir-se al reglament, mentre que el pastor ha de saber volar sempre més lliure per a poder atendre la circumstància concreta que farà créixer la persona. Perquè d’això es tracta, de fer créixer espiritualment a cadascú en el seu únic i propi camí.


Aplicar rígidament el reglament, encara que es fonamente en el dogma, no és anunciar la Bona Nova sinó la Notícia Rígida. Ho dic assabentat de l’ambient advers en què hui camina el clero, amb circumstàncies provocades de vegades per la mateixa institució eclesiàstica. Tinc certament presents les dificultats però, possiblement, a hores d’ara la labor del prevere és més necessària que mai, perquè la gent ja no té el suport religiós del “cuius regio eius religio” ni la defensa de la complicitat social, sinó que viu en un món plural on la llibertat personal és una de les conquestes humanes més apreciades; a més, es tracta de persones que fruïxen de moltíssima informació..., però moltes vegades no tenen els instruments anímics i culturals necessaris per a interpretar-la correctament. La negativitat, la por, el tancament espiritual, l’escapada en el plaer i el consum, la mancança d’esperança, la falta de sentit per a viure i no només sobreviure, etc. generen molta infelicitat i frustració; i ací és on la nostra tasca és necessària, i el que la rep no ho oblida.


clericalisme. Eixe clericalisme que ha denunciat diverses vegades el papa Francesc i que sosté una de les falsedats més grans: que l’ordenat és una persona diferent de la resta de creients o fins i tot dels mortals, ja que és un heroi, no peca com els altres ni es corromp. Però... sabem que el “just peca set voltes al dia”, com ens diu la lletra de Pere.


Vos aconselle que no sigueu part d’eixe entramat. Clar que l’ésser humà no ha evolucionat genèticament sinó culturalment, especialment recolzant-se en les estructures socials que va creant i, per això, millora la societat en molts aspectes, però no en el de la bondat o maldat personal, que depén estrictament de la llibertat de cadascú dels que venen a l’existència. Les estructures, les lleis, la burocràcia són absolutament necessàries, i d’ara endavant més, per l’augment de la població mundial.


No estic, doncs, negant la importància de les estructures eclesiàstiques. Sols vull recordar que elles no evangelitzen. Aquells capellans a qui els agrada i que tenen capacitat per al treball organitzatiu i burocràtic (que, com he dit, sempre és necessari en una societat moderna), ho han de fer sempre al servei de l’evangelització (com molt bé ho expressa la guia de l’arxidiòcesi). Pots estar fent estadística, però el sentit d’eixa tasca, si eres capellà, és el d’ajudar a fer créixer les persones com a tals.


El que he dit: ni el dogma, ni el dret canònic, ni el sagrament, ni la burocràcia, ni tan sols la cita inoportuna de la Sagrada Escriptura evangelitzen. Sols s’evangelitza quan una persona sent que li arriba una Nova Bona en el seu existir quotidià. Ben cert que per a encertar en açò (que sempre ha sigut molt difícil) cal la millor preparació personal, espiritual i cultural possible, ja que no saps mai amb qui o on et trobaràs.

Sí, cada etapa de la vostra vida ha de tindre una espiritualitat més fonda, més humana, més arrelada en la creació. Recordeu sempre que els estudis que heu tingut la sort de rebre no són més que la base, els fonaments d’una formació intel·lectual que sols s’ha d’acabar el dia que estirareu la poteta. No ho sabeu tot ja. Així que, els que pensen que la parròquia o una altra institució eclesial és una botigueta on es venen serveis espirituals s’equivoquen del tot. No vos tanqueu només en la gent religiosa; això vos conduirà a un sectarisme còmode però ineficaç. Que no vos enganye la falsa interpretació dels quasi dos mil anys d’història de l’Església que vol amotinar-vos a pensar que la glòria de temps passats són millors i cal tornar arrere. No vos tanqueu; les relacions amb els menjacapellans vos obriran molt els horitzons i vos ajudaran a comprendre millor l’ésser humà de la vostra generació.


Adonem-nos que en algunes qüestions, com les dels drets humans, la societat civil apareix i és de vegades més evangèlica que la institució eclesiàstica. I aquella ho és per les espurnes de l’Evangeli que han caigut en la societat occidental gràcies a la predicació. Almenys a mi, com a creient, em sembla una pena i un escàndol que moltes vegades el que proposen els agnòstics sembla més cristià que el que defenen els que diuen “Senyor, Senyor”.


Per últim i per ara (perquè tinc moltes més coses a dir), considerar que la parròquia és possessió del rector és una posició clerical i tancada que no ajuda ni a l’evangelització ni a fer comunitat cristiana. Especialment la parròquia, des d’un punt de vista eclesial, és dels fidels, encara que jurídicament siga de l’arquebisbat.



Jóvens col·legues meus, recordeu com n’és i en serà d’important la vostra tasca presbiteral en un món futur absolutament divers i diferent del que fins ara s’ha vist, per això no valen les consecucions passades. Amb tota seguretat, vosaltres sereu més necessaris en el vostre món que nosaltres ho hem sigut en el nostre. Necessaris perquè el manament primigeni del Creador, manament que dona sentit a l’existència humana segons la nostra fe (“créixer, multiplicar-se i desentranyar la terra”, “cuidar i conrear el jardí”) es faça com Déu vol.

Tant de bo que, quan passe mig segle, sigueu tan feliços com jo ho he sigut, però... he de reconéixer que he passat molt de la institució clerical.

Aplicar rígidament el regla

Share by: