INTENCIÓ DEL PAPA

INTENCIÓ DEL PAPA Adiccions

La droga del siglo XXI
Bernardo Pérez Andreo, profesor ordinario de Teología del Instituto Teológico de Murcia

El Papa Francisco nos invita a rezar por las personas que están bajo la influencia de las adicciones. Y la Conferencia Episcopal Española lo hace para que las nuevas tecnologías sean utilizadas responsablemente. Estas intenciones de oración cobran la máxima actualidad cuando hemos visto la fuerza que tienen las empresas de apuestas online que han impedido que se prohíba de forma total la publicidad de la ludopatía en España. El ministerio avisó de que regularía el sector para evitar que los jóvenes se vieran tentados por esta droga moderna que son las apuestas online y los juegos de azar en las casas del horror que se han extendido por nuestros barrios. Sin embargo, al final parió un mur ratón, que diría el Arcipreste de Hita. Las empresas de juego online tienen poderosos aliados en la política y en los medios de comunicación, pues riegan con abundante dinero las cuentas de resultados de los medios y aseguran para muchos políticos un futuro luminoso más allá de la política.

Analizando cómo funciona el mundo de las apuestas online es muy evidente que hay un proyecto para conseguir que los niños de hoy sean los adictos de mañana. Los padres tenemos una responsabilidad ineludible en esto. Como padre he podido comprobar cómo funciona el sistema. Los niños piden muy pronto una consola de juego que le permite el juego en línea con sus amigos, hay dos al menos en el mercado que lo permiten. Una vez que tienes el aparato, conectado a internet, te das de alta y puedes conectar con los amigos y jugar en línea. Hasta aquí casi todo bien, si no fuera porque ya se introduce al niño en el solipsismo autocastrador de internet. El niño puede jugar horas sin tener contacto con la realidad más allá de los amigos que ya se convierten en virtuales, pues en línea cada uno tiene un nick por el que se le conoce. Sé de algunos que acaban sustituyendo su nombre real por su Nick. El siguiente paso es apostar. El sistema permite apuestas sin dinero que introducen a los infantes en el mundo del juego. A partir de ahí, será cuestión de tiempo que las apuestas pasen a ser reales. La sensación que tengo es que existe un proyecto pensado y ejecutado para convertir a todos los niños en futuros ludópatas.

Cuando pase el tiempo, el chico entrará en una de estas nuevas casas del horror que suele tener muy cerca. Donde vivo tengo cuatro antros de estos en un radio de un kilómetro, el más cercano a cien metros, al lado del colegio y del instituto del lugar. Si se hace el remolón, estas casas de apuestas cuentan con chicas, porque esto va dirigido a jóvenes varones, que les regalan cupones gratuitos para que hagan su primera apuesta. Una vez dentro, todo está pensado para provocar la ludopatía: techos bajos, luz tenue, nichos donde se recluye el jugador en su máquina particular. Se trata de una arquitectura y decoración pensada para aislar a la persona. Cuando leemos a Dostoievsky en su relato autobiográfico de la ludopatía, vemos cómo se reproducen los patrones para crear la figura del ludópata; como el drogodependiente de los años ochenta, el ludópata actual, joven y de clase trabajadora o baja, llevará a su entorno al agujero negro de la dependencia, robando si es necesario a su propia familia para poder seguir con el juego.

Todo esto es bien sabido por las autoridades. También lo es que las casas de juego se extienden por los barrios obreros y de clase media baja. Se trata de una forma de desmovilizar a una juventud que bien podría dedicar su vida a cambiar esta sociedad, pero que está siendo idiotizada por un modelo depredador de lo humano, consentido por las administraciones que no ponen límite a este crimen. No debería ser tan difícil prohibir lo que daña. De la misma manera que se prohíbe la droga, debe prohibirse este tipo de lugares donde lo humano se diluye en el pozo sin fondo de la patología propiciada y auspiciada por el sistema económico y amparada por la administración. La intención de oración debe ser para que los padres tengan la fuerza suficiente para impedir que sus hijos se inicien en este mal, para que los jóvenes encaucen sus fuerzas para cambiar un mundo que puede ser un paraíso para todos, para que los políticos no duden en aplicar la racionalidad y actúen en función del bien común, y para que los negreros del siglo XXI se conviertan y dejen de servir al poderoso caballero.

INTENCIÓ DEL PAPA Adiccions

BREUS
Por Antonia Lozano

El papa Francisco llama frecuentemente a luchar contra la propagación de las adicciones, pero es tarea nuestra el denunciar y el poner el dedo en la llaga aquí donde vivimos. Dice Francisco: “La Iglesia, junto con las instituciones civiles, nacionales e internacionales y los diversos organismos educativos, está activamente comprometida en todo el mundo en la lucha contra la propagación de las adicciones, movilizando sus energías en proyectos de prevención, tratamiento, rehabilitación y reinserción para devolver la dignidad a quienes han sido privados de ella. Toda la comunidad en su conjunto es interpelada por las actuales dinámicas socioculturales y formas patológicas derivadas de un clima cultural secularizado, marcado por el capitalismo de consumo, la autosuficiencia, la pérdida de valores, el vacío existencial, la precariedad de los vínculos y las relaciones”.

Yo me pregunto: Quien hace negocio con las adicciones en nuestra sociedad valenciana? Hacia dónde habría que presionar? Pensando en acciones concretas, qué podríamos hacer? Os comparto este twit

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Liberación de las adicciones tecnológicas
Matilde Pons Badía (Valencia)

En el mes de abril el Papa Francisco nos invita a rezar por las personas que están bajo la influencia de las adicciones. Y la Conferencia Episcopal Española nos motiva a hacerlo en el mes de mayo para que las nuevas tecnologías sean utilizadas adecuada y responsablemente. Dos intenciones en las que queremos encuadrar la actividad que a continuación relatamos.

Se trata de la siguiente. El lunes día 9 de marzo, la Fundación Etnor (www.etnor.org) organizó una conferencia en Bancaja que me resultó muy sugerente a propósito de la temática sobre la que se me invita a escribir: Por una gestión ética de empresas y organizaciones. "Ética e innovación. Por una revolución industrial por y para todos", por el Prof. Javier García Martínez, Catedrático Universidad de Alicante, Director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular, Premio Rey Jaime I de Nuevas Tecnologías y miembro del Foro Económico Mundial.

Tecnología y humanismo
El ponente expuso a lo largo de la noche que cuanta más tecnología, se puede lograr mayor humanismo; cuanta más tecnología las personas podrán ser más buenas. Pero también presentó los peligros y las desviaciones de la época tecnológica en la que vivimos, y apeló a la responsabilidad crítica, personal y familiar.

Sostuvo que “no podemos tratar como inmigrantes digitales a nuestros conciudadanos”. Y justificó que las nuevas tecnologías aportan a la sociedad numerosas ventajas, pero muchos de los cambios que estamos viviendo – algunos muy profundos- se están haciendo sin contar con los ciudadanos, que en muchos casos ven la tecnología como una amenaza para su empleo, su privacidad y la calidad de los sistemas democráticos en los que viven.

La cuarta revolución industrial está transformando aspectos muy importantes de nuestras vidas, y muchos de estos cambios pueden ser percibidos como un riesgo más que como una oportunidad. Asimismo destacó que de la cuarta revolución industrial están cambiando aspectos tan importantes y tan sensibles como la forma en la que nos informamos, relacionamos y comunicamos y por tanto tienen un impacto muy importante en la forma que compramos, pensamos y votamos. También las nuevas tecnologías están redefiniendo el empleo y la creación de riqueza. Por eso es entendible que muchos ciudadanos “puedan percibir todo esto como un peligro para su futuro”. El profesor ha insistido en que las nuevas tecnologías aportan a la sociedad herramientas poderosas ante las que hay que actuar con responsabilidad, “la revolución industrial debe ser por y para todos los ciudadanos y no nos puede tratar como extranjeros digitales”.

“Hemos sido ingenuos, sostuvo el catedrático de la Universidad de Alicante, al pensar que gracias a las nuevas tecnologías íbamos a estar más conectados y mejor informados. La realidad es que internet ha favorecido la proliferación de todo tipo de noticias falsas y de ideas fanáticas y absurdas”. Y en este sentido terminó diciendo que “el único antídoto contra la posverdad es una actitud crítica y responsable ante la información”.

Jaque a la democracia
Uno de los puntos en los que insistió el ponente trató de la pérdida de capacidad de decisión ante los avances tecnológicos. “La introducción de las nuevas tecnologías en todos los aspectos de nuestras vidas nos viene impuesto sin que realmente podamos hacer algo mucho para evitar las consecuencias que tiene sobre nuestra privacidad y sobre el uso de nuestros datos. “Apenas podemos operar en este nuevo tiempo sin ceder parcelas importantes de nuestra libertad e incluso de nuestra intimidad. Cada vez que los ciudadanos no pueden decidir sobre aspectos que les afectan tan directamente la calidad de nuestra democracia se ve reducida”.

Sin embargo, ésta no es la única amenaza que apunta García Martínez en una revolución industrial en la que los ciudadanos tienen muy poco que decir. “El peligro más profundo es que la automatización de procesos y la inteligencia industrial destruyan los puestos de trabajo que sostienen a la clase media. En los últimos años, hemos visto como la clase media ha ido adelgazando en muchos países desarrollados, debido a la deslocalización de empresas y a la precarización de muchos empleos. Sin clase media no hay democracia ni Estado del bienestar. Si la tecnología no sólo se percibe como lejana e incomprensible sino como una amenaza para nuestro nivel de vida y nuestro empleo, los ciudadanos van a votar a opciones políticas que políticas populistas (esto es que prometan soluciones fáciles a problemas difíciles) o nacionalistas (que prometan proteger a los ciudadanos de un país frente a las empresas y trabajadores extranjeros). Esto no es una previsión de lo que puede pasar, si no la realidad que ya estamos viviendo en las economías más desarrolladas”.

Nuevo modelo emprendedor
Además de estas ideas, el profesor también apuntó algunas oportunidades para los próximos años. En este sentido, mencionó que los científicos emprendedores, esto es aquellos investigadores que se animen a comercializar sus descubrimientos, van a ser los grandes agentes de transformación de este siglo. “Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos, desde cambio climático a las nuevas enfermedades, tienen soluciones en la ciencia”. Pero hacer el descubrimiento no es suficiente. Además, es necesario ponerlo al alcance de todos. En el pasado, este proceso ha sido muy lento ya que existía – y de hecho aún existe- una brecha entre la academia y la industria. Pero existe una nueva generación de científicos que están acercando sus descubrimientos a todos mediante la licencia de sus patentes o la creación de nuevas empresas que comercialicen sus innovaciones. “Muchos de los grandes descubrimientos que se hacen en los laboratorios de todo el mundo, se quedan en un cajón o en el mejor de los casos en una publicación científica. Si consiguiéramos llevar estas soluciones a las personas que las necesitan, todos nos podríamos beneficiar de las grandes contribuciones que hacen los científicos para nuestro bienestar y el medioambiente”.
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