INTENCIONS DEL PAPA

INTENCIONS JULIOL Conflicte i amistat

Irreductible oposición entre Dios y el dinero

Ricardo Díaz Calleja, militante de la HOAC en Valencia.

Celebrando un cincuentenario, bajo la referencia a las intenciones del Papa para el mes de julio: “La amistad social. Recemos para que en situaciones sociales, económicas y políticas conflictivas seamos arquitectos de diálogo y de amistad, valientes y apasionados”.


Desde luego, Francisco no da puntada sin hilo al llamar a la oración para tener una actitud diferente, “de diálogo y de amistad, valiente y apasionada”, es decir arriesgada y confesante, frente a ese conflicto social, al que antes se le llamaba lucha de clases, pero que ahora, para no herir ciertas sensibilidades, se le rebaja a la categoría de conflicto. No se trata de opciones a favor o en contra de ningún conflicto porque de hecho cuando uno viene al mundo se encuentra con que dicho conflicto ya está instalado en él. El texto que sigue intenta acercarse al origen del conflicto social al que se refiere el papa, y está inspirado en un breve escrito de Walter Benjamin titulado El Capitalismo como religión. Entendemos, por tanto, que el conflicto social es la traducción al “lenguaje del siglo” de la irreductible oposición entre Dios y el dinero.


Empezaremos con una de esas “señales de los tiempos” (Mt. 16, 2-4) a las que hay que remitirse para analizar la realidad, como postula el Vaticano II, pero que pasan desapercibidas para aquellos que miran al dedo en lugar de a las estrellas a las que el dedo apunta. Dentro de pocas semanas, precisamente el 15 de agosto, se cumplirá el cincuenta aniversario de la suspensión de la interconvertibilidad del dólar en oro. A partir de entonces los billetes de banco ya no llevarán la inscripción: “Se pagará al portador la cantidad de oro que corresponde al número de dólares que indica el billete”. Los poseedores de billetes ya no podían reconvertirlos en oro. Pero no se alarmaron por ello. Más bien al contrario, no protestaron. Veamos porqué. A partir de ahora el dinero posee cada vez más un carácter autorreferencial, es decir, se fundamenta en sí mismo. A la vez el dinero sigue siendo el patrón de cambio, el homogeneizador universal, de todas las mercancías a través del valor de cambio de las mismas. Ciertamente, seguimos visitando el mercado todos los sábados para proveernos de alimentos a cambio de unas pocas decenas de euros, aunque cada vez más se puede pagar con tarjeta de crédito.


Incidentalmente la palabra crédito es una traducción de la palabra griega (en caracteres latinos) pistotiki que dio origen al código secreto que usaban los cristianos para identificarse como tales mediante la representación de un pez (piscis) en la tierra. Una identificación que era rápidamente borrada ante la posible presencia de la policía secreta del emperador, para evitar ser arrojado al pozo de los leones. Volvamos al tema.


Sigue existiendo el dinero pero cada vez es más invisible. De hecho las grandes transacciones de financieras ya no se realizan materialmente, para evitar el riesgo de robo, sino que son simples apuntes en misteriosas cuentas secretas realizadas en tiempo real por medio del ordenador. El dinero se ha espiritualizado. El abandono de la convertibilidad del dólar en oro, ha eliminado la última válvula de seguridad ante el peligro de la acumulación inmisericorde de capital. Concomitantemente ha nacido el capital financiero que es el que presta dinero a crédito a las empresas y nos permite a los demás conseguir dinero prestado y vivir del crédito, aunque no veamos materialmente al dinero, como indica Lluch en su escrito del pasado mes de abril sobre los mercados financieros. Eso sí, con una hipoteca que tiene la forma sacramental de un interés nada despreciable. En su camino hacia la espiritualización, el capital financiero es cada vez más ficticio, de hecho ha levantado el vuelo hacia el cielo de la eternidad, ya que no procede de una valorización externa, sino que es un parásito de la ficción de una revalorización futura.


Una revalorización que está basada en algo que el capital todavía no posee, porque todavía no lo ha comprado al único que se lo puede vender, el trabajador, y ello mediante un intercambio desigual; ese algo, es el trabajo humano. La revalorización futura, es por tanto, un brindis al cielo.


Se ha convertido en pistis, o sea, en fe. El capitalismo se parece cada vez más a una religión, que como es bien sabido, implica una fe. Esa es su fe, la que se nos impone. Un mundo de ilusión, que etimológicamente viene de iluso. La ilusión de la prosperidad por obra y gracia del crédito. Es la negación de la realidad, primicia del Espíritu Santo.


Ya dijo Schumpeter que todo el dinero es crédito, y ahora podemos decir que es un crédito que se fundamenta en sí mismo, porque es autorreferencial, sin referencia, que es la traducción del griego an-arjé, de donde proviene la palabra anarquía. Por eso el capital que, este sí, se fundamenta en el dinero, es lo más anárquico que hay, a la vez que se quiere parecer cada vez más a Dios, que como sabemos es constitutivamente autorreferencial.



Consecuencias.


Cristológicas. El proyecto del capital es una anti-encarnación. En efecto, en el marco de la controversia con los arrianos, se acuñó en Nicea (325 dC) la frase, que se recita en el credo, “engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre”. Con ello se declaraba el carácter infundado del Hijo y por tanto de la acción y del gobierno de Jesucristo. Esta escisión entre el ser y el actuar es lo que introduce la secularización, que es genuinamente cristiana, en occidente. Que Cristo sea an-arjé deja abierta la puerta a las infinitas posibilidades de acción humana y descubre el carácter laico de la fe y la identidad cristiana. De tal manera que sólo encarnándose en la historia humana (despojándose de la condición divina, que dice Filipenses 2), Dios se realiza plenamente para todos los hombres. Así, por más que la pretensión de la modernidad haya sido expulsar a Dios del cielo en el que al parecer estaba instalado, el proyecto de Dios, consistente en la Encarnación del Verbo de Dios le tomó la delantera en sentido opuesto. Por eso la modernidad, sin pretenderlo, ha llevado a cumplimiento, pero con retraso, el veredicto divino de un Dios hecho hombre. Se trata del proceso inverso, reversible, de un hombre que se pretende Dios. Y ello, porque Dios ha hecho el mundo de manera que este parezca que puede funcionar como si (el hos me de Pablo) Dios no existiera, por eso el ateísmo se disuelve en teología y bajo un punto de vista político la democracia pretende ocupar el puesto de la divina providencia. Pero la voluntad de Dios, que es la Encarnación, es más implacable que el mismísimo mercado financiero y se ha realizado ya adelantándose a todo tipo de proyectos de corte más o menos laicista.


Teológicas. Es en la cruz donde se produce el máximo anonadamiento de la condición divina del Verbo encarnado, precisamente cuando Jesús clama “Dios mío (no, Padre mío) ¿porqué me has abandonado?” (Mt 27, 46). La aparente brecha radical que separa a Dios y al hombre se ha trasladado al propio Dios encarnado en Jesús. En consecuencia, cuando me veo más separado de Dios es cuando estoy absolutamente más cerca de El, porque es en ese momento cuando estoy en la misma situación que Cristo abandonado. Por eso la cita de Mateo se convierte en la oración del ateo, aunque estos digan que no rezan porque no sirve para nada. Así el abandono del Hombre por Dios, y el abandono de Dios por el hombre, léase ateísmo, son estrictamente correlativos, como las dos caras de una misma moneda. Lo cual implica, además, que el amor cristiano va mucho más allá de la condescendencia, y se manifiesta plenamente en la indigencia humana. No es sólo una opción preferencial por los pobres, sino una opción preferencial por los pobres siendo pecadores. Porque el hecho patente de que los ricos son pecadores y sobre su riqueza pesa una maldición, ya lo sabíamos (Lc 6, 24), pero que los pobres también son pecadores, aunque sea de otra manera, no se entiende si se confunde, como es frecuente, su condición social de explotados con su condición moral, condiciones ambas que, por otra parte, están mutuamente implicadas. Pues en eso consiste la Gloria de Dios, en el proyecto de que el pobre pecador viva, pero viva para siempre.


Incidentalmente, parece que el pestilente olor a miserable borrego, que tanto repele a la gente de bien, es lo que atrae la misericordia de Dios, de ahí que el propio Francisco recomendó a los curas ese mismo olor, en clara contraposición al beatífico olor a incienso difundido urbi et orbi en la misa crismal de un cierto Jueves Santo no confinado.


¿Se entiende ahora un poco mejor aquello que dijo Jesús de que no se puede servir a Dios y al dinero?

INTENCIONS AGOST Reformar l´Església

El Espíritu está ya en la Iglesia

Enrique Lluch Frechina, profesor de la Universidad CEU Cardenal Herrera

Me envían una intención de oración que dice así: “Intención para la evangelización. La Iglesia. Recemos por la Igle-sia, para que reciba del Espíritu Santo la gracia y la fuerza para reformarse a la luz del Evangelio”.


Una de las cosas que aprendemos en Pentecostés es que el Espíritu Santo ya está en cada uno de nosotros y, evidentemente, también en la Iglesia. Además, el Espíritu Santo ya nos lo da todo: es amor absoluto, desprendimiento, misericordia sin límite, redención abundante. Si esto es así ¿Por qué pedir que recibamos de Él gracia y fuerza si él siempre nos lo está ofreciendo, si nos lo da simplemente por ser quien es? El motivo es muy sencillo, porque alguien puede estar muy dispuesto a darlo todo, pero si la persona que lo tiene que recibir no está dispuesta a hacerlo, la recepción no se da, el regalo se queda en un ofrecimiento.


Por ello esta oración no está orientada a que el Espíritu haga algo por nosotros. Él siempre está dispuesto, Él siempre se da, Él siempre está en nuestro interior y en el corazón de la Iglesia. El peso de la recepción de su gracia y su fuerza no es una cuestión suya porque él ya está dándose constantemente, ofreciendo su gracia y su fuerza, recibirlas no depende de su voluntad (que es la de darse eternamente) sino de nuestra capacidad para escucharle y de nuestra disposición a seguirlo. Esta oración, está orientada, pues, a nuestra Iglesia, a nosotros mismos.


Porque cabe preguntarse si la Iglesia, si cada uno de nosotros, estamos abiertos a la escucha del Espíritu Santo, si nos dejamos acariciar por su brisa para descubrir en que dirección sopla, para que nos muestre cuál es el verdadero camino para ser más fieles a nuestra vocación de anunciar la buena noticia del evangelio. Aquí esta la clave, porque con frecuencia estamos más preocupados por nuestras cuestiones internas, por mirarnos a nosotros mismos y a nuestra organización que por escuchar la voz del Espíritu, que por sentir los gemidos inefables con los que este nos habla y nos indica el camino del amor que cree que es mejor para nosotros y para los demás.


Y esto es algo que con frecuencia nos sucede en la oración, que le pedimos a cualquiera de las tres personas de la Santísima Trinidad (cada uno tiene sus preferencias) que nos ayuden, que intercedan por nosotros, que nos muestren el camino, sin darnos cuenta de que Jesucristo ya nos dejó el Espíritu Santo para que nos habitase, para que estuviese entre nosotros, para que fuese presencia de Dios padre e hijo en nuestras vidas y en todas nuestras obras. Por lo tanto, pedir que nos acompañe y que esté siempre con nosotros que nos dé la fuerza y la gracia es como pedir al mar que nos moje. No depende del mar, sino de que nosotros nos sumerjamos en él.


Pedir la recepción de lo que el Espíritu Santo está ofreciéndonos constantemente, es pedir saber hacer silencio para escuchar lo que él nos dice, es aprender a estar atento a sus señales y a lo que nos muestra, es estar disponible al cambio, a dejarse guiar por él a ciegas, a confiar en lo que nos está diciendo constantemente aunque a veces no nos demos cuenta. Él ya nos lo da todo, siempre está ahí, solamente quiere que le escuchemos, que le hagamos caso, que nos dejemos guiar por Él con la confianza de que siempre quiere lo mejor para nosotros.


Pidamos por lo tanto, por eso, para que la Iglesia reciba la gracia y la fuerza del Espíritu, para no estar tan preocupados por nosotros mismos, por lo nuestro y nos olvidemos de escuchar al Espíritu Santo, a lo que Él nos dice, a lo que quiere mostrarnos, a su mensaje. Que estemos disponibles (una vez lo hayamos escuchado) para seguir los caminos aparentemente inciertos que nos muestra. Solamente así podremos transitar las sendas del Espíritu Santo, solo así podremos reformarnos, renovarnos, avanzar hacia una institución que cumpla de una manera más fiel su cometido de anunciar el evangelio.

INTENCIONS AGOST Reformar l´Església

La doctrina canvia

Martín Gelabert

En ocasió del Sínode dedicat a la família s’ha repetit, des de diferents àmbits, que «la doctrina no canvia». Referent a això convé fer alguna precisió, perquè la doctrina sí que canvia. El que es manté és la fe. Cal distingir entre doctrina de l’Església i fe de l’Església. Durant molt de temps va ser doctrina eclesial que els qui morien sense rebre el baptisme no podien aconseguir la salvació, inclosos els xiquets que no havien pogut cometre cap pecat. Referent a això la Comissió Teològica Internacional ha declarat: «l’afirmació segons la qual els xiquets que moren sense Baptisme patixen la privació de la visió beatífica ha sigut durant molt de temps doctrina comuna de l’Església, que és una cosa diferent de la fe de l’Església».


Exemple significatiu de canvi doctrinal el tenim en estes dos diferents i aparentment contraposades afirmacions dels Concilis de Florència i del Vaticà II. Florència sosté que fora de l’Església no hi ha salvació, afegint explícitament que els jueus, heretges i cismàtics, i també els pagans, «aniran al foc etern aparellat per al diable i els seus àngels, llevat que abans de la seua mort s’unisquen amb l’Església». No obstant això, el Vaticà II deixa clar que els que ignoren l’Evangeli de Crist i la seua Església «poden aconseguir la salvació eterna». Més encara, que Déu «no nega ritu, para no estar tan preocupados por nosotros mismos, por lo nuestro y nos olvidemos de escuchar al Espíritu Santo, a lo que Él nos dice, a lo que quiere mostrarnos, a su mensaje. Que estemos disponibles (una vez lo hayamos escuchado) para seguir los caminos aparentemente inciertos que nos muestra. Solamente así podremos transitar las sendas del Espíritu Santo, solo así podremos reformarnos, renovarnos, avanzar hacia una institución que cumpla de una manera más fiel su cometido de anunciar el evangelio.els auxilis necessaris per a la salvació als qui sense culpa no han arribat encara a un coneixement exprés de Déu».


Més exemples?A propòsit del sagrament de la penitència, la praxi dels primers segles es limitava a una sola celebració durant tota la vida, perquè es considerava incomprensible que un batejat s’allunyara de Crist; o, com a màxim, es permetia una segona celebració de la penitència, però es deixava per al final de la vida, perquè ja una tercera era del tot inconcebible. Després del Concili de Trento l’Església recomana la confessió freqüent. En els primers segles les segones núpcies eren desaconsellades i pràcticament fins al Concili Vaticà II es considerava al matrimoni com un remei per a la concupiscència i la seua finalitat era la procreació dels fills. Hui ja es diu clarament que el matrimoni troba la seua fi i el seu sentit en l’amor.


Hi ha tres criteris que es reforcen mútuament i no sols expliquen, sinó que promouen la renovació en la doctrina: un, el millor coneiximent de les Sagrades Escriptures i de la Tradició i, juntament amb eixeconeiximent, una interpretació més adequada de totes dos; dos, l’escolta atenta dels signes dels temps i, al costat d’esta escolta, un millorconeiximentde la naturalesa humana; i tres, el mateix Magisteri que, moltes vegades gràcies a l’ajuda de la teologia, va oferint pautes de millora i d’adaptació a les noves necessitats pastorals.

INTENCIONS SETEMBRE Ecosostenibilitat

Un estil de vida ecosostenible

Vicent Roig, biòleg, mestre jardiner i educador social

Intenció del papa Francesc: “Preguem perquè tots puguem prendre decisions valentes per a afavorir un estil de vida sobri i ecosostenible, i ens alegrem pels jóvens que s’hi han compromés”


Amb esta intenció el papa Francesc ens convida a pregar i orientar la nostra vida. ¿Per què hauríem de prendre un estil de vida sobri i ecosostenible? ¿Què estem jugant-nos amb estes decisions? ¿Som a temps de revertir els canvis perjudicials al nostre clima, habitat i societat? Encara podem “salvar” el planeta?


Potser estes qüestions estan errades o ja estan fora de joc. Ni el planeta depén de nosaltres, ni en som els salvadors, ni està ja a les nostres mans la possibilitat de detindre els desequilibris començats, com són el canvi climàtic, la contaminació atmosfèrica, la destrucció dels hàbitats, la mancança de materials i energia... Però sí que podem ser conscients del moment i les circumstàncies que estem vivint, canviar les nostres expectatives vitals, preparar-nos per als nous paradigmes vitals i, per damunt de tot, evitar el patiment i la mort de moltes germanes i germans.

Hem de ser clars, hi ha un aforisme que diu: Déu perdona sempre, les persones de vegades, la natura mai. La natura no negocia. Una vegada hem desequilibrat els sistemes que ens sostenen, els desequilibris ens afectaran sense cap contemplació. El fet de ser lliures ens fa responsables dels nostres actes i rebedors de les seues conseqüències. No hem sabut atendre i cultivar el jardí que Déu ens va deixar (cf. Gn 2, 7-9; 15-16), no hem sigut bons llauradors de la vinya (cf. Mt 20) i durant segles els nostres governants no han estat per a servir i fer justícia, sinó per a oprimir els pobles i explotar la natura (cf. Mt 20, 25-28).


Ara ja estem embolicats en un sistema que està fallant; comencen a faltar subministraments i molts pobles ja patixen les conseqüències d’un canvi climàtic que ja no podem aturar. Hem deixat entrar al lladre dins la casa o, potser, nosaltres mateixos hem sigut els lladres de la casa comuna (cf. Mt 24, 43). Hem malbaratat els dons que ens havien regalat, no solament els hem colgat a terra (cf. Mt 25, 14-30) sinó que els hem dilapidat en festes i deixalles (cf. Lc 15, 11-32), encara que no tots els germans ho han fet en la mateixa mesura; quasi hem cremat la casa comuna i ara no tenim on tornar.


Vullguem o no, estem vivint una situació de decreiximent energètic i material i açò es va accelerant any darrere any. Podem créixer, doncs, en coneiximent, saviesa, relacions i cura mútua; i podem preparar-nos per a fer front al col·lapse de les nostres societats, que ja estem vivint, i que en alguns pobles i països ja és molt greu. Si no ho fem organitzadament, el decreiximent serà més abrupte i perillós, i els més pobres i vulnerables patiran, com sempre, les pitjors conseqüències.


Llavors, quines actituds podem fer valdré davant de tot açò?


Personalment:

+ Cultiva la teua espiritualitat, els valors i principis que dirigixen la teua vida i motiven les teues decisions. És possible que pensament i acció no siguen del tot coherents.

+ Estigues informat i pensa críticament els esdeveniments que estàs vivint.

+Mantín una actitud positiva i propositiva enfront de les dificultats.

+ Cuida i millora el teu estat de salut i la teua preparació física.

+ Valora i agraïx el que ets i el que tens. El que ets com a persona i els coneiximents que tens, ningú t’ho pot llevar.

+ Aprén noves habilitats i coneiximents, no menysprees cap saber.

+ Cultiva els teus aliments i aprén a criar xicotets animals.

+ Repara els teus mobles i roba.

+ Conserva els llibres i els teus records materials. És possible que duren més que els virtuals.

+ Fes-te més independent dels elements electrònics.

+ Acostuma’t a l’esforç i àmplia el rang d’aliments que uses.

+Reduïx el consum de carn i d’aliments massa processats.

+ Aprén a valorar l’aportació nutritiva que té cada aliment; pots obtindreles calories i nutrients essencials amb menys despesa econòmica i energètica.


Familiarment:

+ Cultiveu els valors i relacions que vos unixen.

+ Complementeu les vostres habilitats i coneiximents.

+ Elaboreu un pressupost de les despeses i ingressos que teniu.

+ Reutilitzeu els estris i robes entre vosaltres.

+ Fomenteu el diàleg i la confrontació d’idees, eviteu l’aïllament a causa dels elements informàtics.

+ Assumiu responsabilitats compartides, de manera que estiguen cobertes les prioritats.

+ Practiqueu l’ajuda mútua i motiveu-vos per al creiximent personal i familiar.


Socialment:

+ Connecteu amb persones, associacions i entitats amb sensibilitats i propostes socials en favor de la fraternitat, la justícia i l’equitat, també ambientals.

+ Fomenteu el pensament crític i l’anàlisi de la realitat a la llum dels valors evangèlics.

+ Compartiu materialment i també culturalment. La saviesa ha passat de generació en generació sense elements electrònics; potser estos tinguen disfuncions davant la mancança d’energia.

+ Impulseu canvis socials en estos sentits. No confieu que només l’estat, les institucions o els pobles resoldran els problemes per nosaltres.

+ Fomenteu l’intercanvi de béns i servicis. Els estalvis bancaris poden desaparéixer amb un clic d’ordinador, però les relacions humanes poden perdurar.

+ Les xarxes socials poden ser un mitjà poderós de transmissió de coneiximents i experiències. Cal afavorir un canvi de model socioeconòmic mundial. Cap persona, poble o nació pot salvar-se a soles: estem connectats, som interdependents. Tenim responsabilitats davant els nostres germans i la natura (cf. Gn 4, 9ssi Lc 9,11-17)



Ara tota la creació està patint els dolors del part, però tenim l’esperança d’avançar fins a un cel nou i una terra nova. Ànim, no estem a soles! (cf. Rom 8, 19-23; Ap 21, 1-7).

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