Esta nueva sección que se presenta en esta revista, pretende ser una ventana a la agenda cultural artística de Valencia, desde los principales museos de la ciudad hasta las exposiciones locales de relevancia que nos puedan acercar a la cultura visual.

Visitar un museo es como disfrutar de un buen libro o película. La oferta cultural-artística que nos ofrece la ciudad es muy grande y deberíamos aprovecharla. Para esta primera aproximación nos centraremos en la oferta actual del Museo de Bellas Artes de Valencia, el Centro Cultural Bancaja y el IVAM. En los números siguientes intentaremos difundir la agenda artística de otros museos, centros de arte y fundaciones de la ciudad; que intentarán abrir nuestra mirada al mundo del arte… a este ¡maravilloso mundo!

Comenzamos con el Museo de Bellas Artes de Valencia¸ el comúnmente llamado San Pio V. Más allá de poder visitar su colección permanente, sobre todo de retablos góticos, pudiendo realizar un recorrido histórico por la pintura valenciana, o maravillarse del patio renacentista del Embajador Vich, el museo nos ofrece una serie de actividades donde poder disfrutar de esta gran pinacoteca valenciana.

Después de la remodelación que ha tenido lugar en el Museo reubicando obras y cambiando su discurso museográfico; desde este año hasta agosto de 2020, se puede visitar la exposición “El inicio de la pintura moderna en España: Sorolla y su tiempo”. Todas las obras del pintor proceden de los fondos del museo. Entre sus obras destacan las escenas costumbristas de la sociedad valenciana de finales del siglo XIX, como los retratos de mujeres y escenas de niños en el mar. Visitar la exposición de Sorolla nos traslada a esa Valencia luminosa, colorida, vital… en definitiva: alegre.

Para los que tienen un poco oxidados sus conocimientos histórico-artísticos, el museo nos ofrece un ciclo de conferencias tituladas “La colección de Pintura del Museo de Bellas Artes de Valencia”¸ desde Octubre de 2019 hasta Mayo de 2020. Serán impartidas por el profesor Amando García y versarán sobre las obras de la colección del museo desde la pintura gótica hasta el siglo XX. Se puede encontrar más información como las fechas y el horario en la página web del museo; generalmente se realizan los primeros y últimos jueves de mes a las 17h en el salón de actos. El acceso es libre hasta completar el aforo, previa recogida de las invitaciones que se podrán retirar el mismo día de cada sesión a partir de las 16:30h.

Siguiendo con esta línea de difusión y didáctica el museo ofrece visitas guiadas gratuitas, para público adulto todos los martes a las 11:30h y a las 17:00h y los jueves a las 11:30h.

Para los más pequeños de la casa el museo también realizará talleres familiares en torno a la colección del museo. En el mes de noviembre se realizará el taller Música y color todos los domingos de 11:30h a 13:00h. Están dirigidos a niños de 5 a 12 años. Se necesita reservar plaza en el correo monica@icaedro.com. Junto a este taller se realiza el de Hagamos arquitectura¸ todos los domingos hasta el 19 de enero de 2020, en el mismo horario que el anterior. Este taller está dirigido a niños de 3 a 6 años (acompañados de un adulto) y no se necesita reserva previa.

En el Centro Cultural Bancaja, la Fundación presenta la exposición “Julio Romero de Torres. Social, modernista y sofisticado”. Se trata de la primera muestra que se realiza en Valencia de este pintor cordobés que nos traslada a la sociedad española de finales del siglo XIX y principios del XX. Se puede disfrutar de la exposición hasta el 12 de enero de 2020.

El artista, nos revela en su obra su preocupación por lo social y así lo plasmará transversalmente a lo largo de su creación. Además, Romero de Torres, fue uno de los creadores y diseñadores del Art Nouveau en España; en la muestra se exponen carteles significativos de su obra. Junto a estos géneros, se puede contemplar en la exposición, una gran serie de retratos de su pintura regionalista y escenas referentes a la copla, con su gran refinamiento pictórico, cercano al estilo Art Decó.

La pintura de Romero de Torres es una pintura del mundo interior, de “alma”, más aún, el artista “es un pintor del alma femenina”, nos dice el comisario de la exposición el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, Francisco Javier Pérez Rojas. “La mujer es el motivo, el tema ocurrente en todas sus composiciones; es una visión respetuosa y comprensiva” (F.J. Pérez). En el recorrido expositivo se incluye la proyección de la película Julio Romero de Torres¸ dirigida por Julián Torremocha, con imágenes en movimiento del pintor.

Junto a esta exposición, en el Centro Cultural Bancaja, se pueden disfrutar de las exposiciones: Dones en marxa, hasta el 30 de noviembre y Sebastián Nicolau. Land, hasta el 6 de enero. La primera exposición se ha comisariado desde el área de Igualdad de la Diputación de Valencia con obras de mujeres artistas de la colección de patrimonio artístico de la Diputación. Ambas exposiciones son de creaciones artísticas más actuales.

Continuando con esta perspectiva de género, el IVAM nos ofrece en la fachada del centro, la intervención de la artista Carmen Calvo: “Los cielos están cosidos”. La obra es el retrato de una mujer anónima y atemporal a través de la cual la artista quiere poner el foco en la igualdad de género y el mercado laboral. La fotografía de 9x9 metros pretende representar a todas la mujeres anuladas, manipuladas o víctimas de injusticias. Estará expuesta hasta el 29 de diciembre de 2019 en la fachada principal del IVAM.

Entre las distintas exposiciones que propone el IVAM para este otoño-invierno, destaca la muestra “Reinventando la representación: Arte holandés de entreguerras”. Se trata de un conjunto de obras cedidas por el Kunstmuseum Den Hagg (La Haya, Países Bajos), junto a otras obras de los fondos del IVAM. La exposición se basa en obras sobre el estudio de la condición humana, donde el arte sirvió de refugio durante el periodo de entreguerras en pleno siglo XX.

En la muestra también se incluyen retratos de mujeres que reflejan una época, una sociedad, un momento histórico. El visitante frente a uno de estos retratos debe mirar, intentar entrar en el cuadro… dejar que ellas, las mujeres representadas ¡le hablen! ¿Quién sabe?, quizá el arte nos quiera decir algo. De hecho siempre ha sido así… solo cambia la perspectiva, el modo en que nos acercamos a él.

No es nada difícil poder elegir una buena película para pasar una mejor tarde/noche en una sala de cine. Requisitos: que divierta, que entretenga, y que también nos pueda ayudar a pensar. Una película que para cumplir estos objetivos, rebaje o degrade el nivel de inteligencia del espectador, nunca merece ser vista. Pero no hablemos de purismos, sino de la capacidad y dignidad del cine como un arte que construye al ser humano y que puede transformar la sociedad.

Este pequeño prólogo me mueve a realizar un comentario de algunas de las últimas películas que he visto que son además de entretenidas muy interesantes y que no casualmente proceden todas de esos países tan lejanos (aunque los medios de transporte hoy nos los han acercado) que son los del sudeste asiático: China, Japón, Corea, Vietnam, etc.

Son países emblemáticos que han pasado algunos de ellos de una economía de subsistencia a una economía súper desarrollada abierta al más salvaje capitalismo liberal, construyendo así una sociedad interclasista y radicalmente injusta con las clases más desfavorecidas. Y así el cine que nos llega del sudeste asiático (con cada vez más frecuencia debido a su éxito en los festivales de cine) nos habla de las transformaciones que dentro de su sociedad se están evidenciando: la lucha de clases, el empobrecimiento de la mayoría junto al enriquecimiento de una minoría que repercuten lógicamente en las relaciones sociales, en la transformación de la familia, en la problemática de la educación.

Aunque nos llegan de aquellos países muchísimas películas de puro entretenimiento y diversión y de escasa calidad, sí que gracias a los grandes festivales de cine europeos (Cannes Venecia San Sebastián Valladolid) ciertas películas que tal vez sean para un público más restringido se estrenan con notable éxito en nuestros cines. Sus autores son auténticos creadores y artistas, preocupados por el mundo en el que viven y oferentes de una denuncia feroz de los males sociales de su país (y que son también del nuestro). Y abridores de posibles soluciones. ¡Este es el cine que a mí más me gusta! Reseñaré algunos de ellos, estrenados en España en estos últimos meses, con el ánimo y deseo que aquel que me leyera también se anime a disfrutar de estas películas, que no son como el antiguo cine oriental, lentas y pausadas sino que algunas de ellas tienen un gran ritmo narrativo casi desenfrenado.

Reconozco que la primera vez que ví Burning, no alcancé a entenderla del todo. Su segundo visionado me entusiasmó por completo. Es la película más reciente de Lee Chang-Doug y se estrenó el año pasado. Esta basada en un relato corto del novelista japonés, aspirante eterno al Premio Nobel, Murakami. De su estilo participa la atmósfera ambigua de misterio en las relaciones personales de los protagonistas. Cuenta cómo un muchacho, que trabaja de mensajero, se encuentra con una chica que fue compañera en la escuela. Pronto comienza a enamorarse de ella. Pero ella se marcha a hacer un viaje a África y vuelve con un amigo. Éste confiesa al joven una extraña diversión: quemar invernaderos abandonados. La intriga que se sirve en la película provoca que el mismo espectador se introduzca en ella. Es casi cine negro con un estilo muy peculiar. Hay que destacar la interpretación de los actores, especialmente la del más joven protagonista, junto al Drama que nos aparece en la película. El director denuncia la lucha de clases, el derrumbe de muchos valores de la sociedad coreana provocados por la irrupción de la cultura occidental. La película posee una valiente inteligencia, un guión y una dirección perfectos.

Un asunto de familia es una película mas que recomendable. En Japón hay una gran tradición de tratar el tema de la familia en su cine (recuérdese el maravilloso cine de Yasujirō Ozu). El Cineasta Hirozaku Koreeda es su continuador, además de ser el director más brillante hoy del cine japonés.

Se nos muestra una familia extraña: una abuela resabiado, una pareja de cuarentones de mucha calle, una joven que explota su belleza y dos niños que viven una vida de pícaros esquilmando supermercados y tiendas. Los miembros de esta familia no son ángeles, se buscan la vida como pueden. Un día adoptan a una niña que parecía abandonada en la calle…

La propuesta que hace Kore-eda sobre el sentido y los valores en búsqueda de un nuevo modelo de familia (puesto que el modelo familiar de la cultura oriental se ha quebrado) es provocativa, atrevida y revolucionaria. Pero no digamos más pues esta gran película tiene dentro una gran sorpresa.

También de la familia nos habla la película china Hasta siempre, hijo mío del cineasta Wang Xiaoshuai, director muy amigo del drama desmelenado del que se sirve para poner a caldo y criticar duramente la dictadura comunista en China. La película es un melodrama lacrimógeno (el título ya es un indicio) que no llega a los niveles de calidad artística de las anteriores. Y denuncia y pone en escena la situación de dos matrimonios con sus únicos hijos respectivos, en el tiempo de la imposición por el régimen maoísta del “hijo único”, vigente desde 1979 y que tuvo su mayor incidencia en los ochenta. La película es de muy larga duración, como abundante es su delicada ternura.

Por último, Parásitos quizá sea la mejor película del año 2019. Ganadora de la Palma de Oro del Festival de Venecia y probablemente también del futuro Oscar a la mejor película extranjera. Se trata de Parásitos del cineasta coreano Bong Joon ho. Nos habla de tres familias que viven en distintos lugares bien dispares y que se encuentran en un espacio donde realizan verdaderas acciones parasitarias; es decir viviendo unos a expensas de otros. Los distintos estratos sociales: los miserables, los pobres y los ricos, retratados como el espectro de una sociedad radicalmente injusta. Aunque pueda parecerlo no es una película abiertamente social: ni la clase trabajadora ni la clase dominante aparecen retratados con mucha bondad.

Jake, el padre, igual que su familia está sin trabajo y viven en una especie de cuchitril en el subsuelo de una sucia calle. El hijo mayor empieza a dar clases particulares en casa de los Park, una familia sumamente acomodada. Con imposturas, mentiras, trampas y embustes consigue colocar también allí a su familia, desplazando a los antiguos sirvientes. Parásitos es una película que parece enloquecida, llena de pleonasmos, humor negro; es dolorosa y cómica a la vez, pero es sumamente inteligente y ácidamente crítica. A lo largo de ella te asaltan mensajes que son auténticas cargas de fondo sobre el mundo que estamos construyendo. Aunque tenga un final un tanto estrepitoso, es un filme que una vez visto se te queda en la cabeza durante mucho tiempo.

He aquí dos libros de reciente publicación que pueden servir, a muchos que tienen responsabilidades de comunicación, enseñanza o educación, a utilizar el cine y su lectura como eficaz medio de educación. Son de fácil lectura. Huyendo de tecnicismos cinematográficos, que además se leen incluso con apasionamiento. Están escritos bajo el impulso y la inquietud de su rayar los valores humanos sociales y culturales, que el buen cine suele presentar. De esta clase de libros se han editado ya muchos pero algunos han quedado un tanto obsoletos o son inencontrables.

Mi amigo Juan Orellana, cuyo rostro podéis contemplar en los programas de cine de la Trece TV, junto con otros dos colaboradoras, María Ángeles Almacellas y Ninfa Watt, han publicado un pequeño manual de cine, una guía, que puede responder muy bien a ciertas cuestiones y preguntas técnicas y artísticas que nos podemos hacer cuando vemos una película. El libro se titula: Manuel de crítica de cine y está editado por Ceu ediciones.

Que nadie se asuste. No se trata de aprender a ser critico de cine (oficio bastante baladí), sino ayudarse a «leer» una película. Como en el arte literario, las letras, las palabras, las frases y los párrafos son significantes que tienen un significado, en el cine los planos, la escala, los encuadres, las elipsis, la estructura del guion, las secuencias de las películas nos llaman a distintos significados que, si no los sabemos desentrañar, perdemos gran parte de lo que una película quiere decir. Dividido en tres partes: Fundamentos del lenguaje cinematográfico. Lectura antropológica del filme. La crítica de cine. Este manual nos ayuda fácilmente a comprender, como decía François Truffaut «que una película para estar lograda debe expresar simultáneamente una concepción del mundo y una concepción del cine».

PELÍCULAS PARA LA EDUCACIÓN. Aprender viendo cine, aprender a ver cine es el segundo volumen muy aconsejable para todos los educadores. Lo edita Cátedra en su colección Signo e imagen. Es un grueso volumen de 420 paginas, muy bien presentado y mejor estructurado. Sus autores son varios, todos procedentes de la Universidad del Pais Vasco y coordinados por Íñigo Marzábal y Carmen Arocena.

A veces andamos un poco desorientados cuando intentamos elegir una película para alguna actividad de tipo educativo. ¿Qué película puedo proyectar en el aula, en el salón parroquial, etc., que me sirva de apoyo para una campaña, a alguna lección, o a una charla de formación?

Después de una breve introducción que expone sus objetivos, propósitos y métodos, el libro nos ofrece siguiendo distintos temas existenciales y humanos (relaciones humanas, socialización, moral, derechos humanos, política, vida biológica, posmodernidad) más de 42 películas que tratan a fondo estos asuntos tan trascendentales en la educación. Cada filme elegido, junto a su ficha técnica, lleva una sinopsis amplia, la contextualización y su análisis detallado. Acaba con una página completa dedicada a indicar actividades para el alumno y guía para el profesorado.

Saturados de imágenes como andamos, este libro contribuye a que se nos desarrolle una mirada más activa y competente, a que seamos conscientes de los mecanismos de manipulación y seducción que hay debajo de todo discurso. Se trata no solo de ver una película, sino de determinar también lo que dice y cómo lo dice.